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Poema: Un día más es un día menos para ser felices


GOEN

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Bajo el cielo azul que se extiende sobre el horizonte, amanece un nuevo día. El sol emerge lentamente, derramando su cálido resplandor sobre el mundo, iluminando cada rincón y despertando los sueños que yacen dormidos en el corazón de los hombres. Un suspiro escapa de los labios, y mientras el reloj avanza imperturbable, el eco de una frase resonante se hace presente en el aire: "Un día más es un día menos para ser feliz".

En cada amanecer se esconde la promesa de oportunidades infinitas. Cada rayo de luz susurra al oído del alma que el tiempo es un tesoro precioso, un regalo efímero que nos otorga la posibilidad de acercarnos más a la felicidad. Con cada nuevo amanecer, se nos presenta una página en blanco en el libro de nuestra vida, lista para ser escrita con nuestras experiencias, sueños y anhelos.

Es cierto que el camino hacia la felicidad puede ser un sendero sinuoso y lleno de desafíos. Pero cada día que pasa, cada amanecer que se despliega ante nosotros, nos brinda la oportunidad de avanzar, de aprender y de crecer. Cada día es un escalón hacia la cima de nuestros sueños, un peldaño más en la escalera que nos conduce a la dicha.

A veces, puede parecer que la felicidad se encuentra distante, esquiva entre las sombras. Pero al comprender que cada día es un tesoro irrepetible, podemos encontrar la fuerza para perseverar, para mantener viva la llama de la esperanza en nuestro interior. Cada nuevo día nos permite dar un paso más hacia nuestros anhelos, nos empuja a superar los obstáculos y a encontrar la belleza en las pequeñas cosas que nos rodean.

A medida que el sol asciende en el firmamento, recordemos que el tiempo no espera a nadie. Cada instante que transcurre es una oportunidad que no regresará. No podemos detener el reloj, pero podemos aprovechar al máximo cada día, nutriendo nuestro espíritu con alegría, gratitud y amor. En nuestras manos está la capacidad de transformar los días comunes en momentos extraordinarios, de encontrar la felicidad en cada respiración y en cada latido de nuestro corazón.

Así, mientras el día avanza y el sol se desliza hacia su ocaso, recordemos que cada amanecer es un regalo que Dios nos concede. No permitamos que los días pasen sin dejar una huella en nuestras vidas. Aprovechemos cada instante, cada risa, cada abrazo, cada logro, cada lección aprendida. Porque en última instancia, cada día que pasa nos acerca más a la plenitud, a esa felicidad que anhelamos, y nos recuerda que el verdadero tesoro de la vida radica en saborear cada precioso instante que Jehová nuestro Dios nos ha dado.

Saludos cordiales.

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💯

GRACIAS por la hermosa confección!!!

Un aire que fortalece y nos anima a todos a avanzar hacia la maravillosa meta puesta ante todo los amadores de Jehová!!

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